Después de ganar su segundo Mundial en 1962, aunque con menos lustre debido a las lesiones, el momento más álgido de su trayectoria llegó con la tercera cita mundialista de 1970 en México, donde el combinado canarinha, con Pelé como estrella, firmó una actuación coral memorable que los expertos aún recuerdan. Messi está al acecho con tres goles menos. La torcida brasileña disfrutó de un jugador imparable que además acompañó su juego de una gran belleza estética.