Esta acción le recordó a Bolsonaro lo elemental que había sido el uso del fútbol en la dictadura brasileña de la cual él había participado hace años. Camiseta del Chelsea (NIKE). Pero ahora, el día del primer partido de Brasil en el mundial de Qatar, la camiseta amarilla, así como la propia bandera nacional, sigue secuestrada por los seguidores del presidente derrotado Jair Bolsonaro.