La primera camiseta tiene un estilo retro inspirado en el doblete de la 95/96 con la propia marca Puma y publicidad de Mahou en la misma. Hay que tener esa camiseta. Disculpen que nos pongamos prosaicos pero el fútbol es regate y cartera a la vez. Con la espalda fastidiada por los masajes rivales (el mejor modo de comprobar que el fútbol es un deporte de contacto es ver a un jugador de primer nivel al día siguiente de un partido) y con un apósito en el tobillo, Lewandowski no pierde ni la profesionalidad ni una sonrisa que, si se aplica la escala Ronaldinho, podríamos considerar centroeuropea.